La Francmasonería o masonería consiste en organizaciones fraternales que remontan sus orígenes a las fraternidades locales de canteros, que desde finales del siglo XIV regulaban las calificaciones de los canteros y su interacción con las autoridades y los clientes. Los grados de la masonería conservan los tres grados de gremios de artesanos medievales, los de Aprendiz, Viajero o compañero y Maestro Masón. Estos son los grados ofrecidos por Craft (o Blue Lodge) Francmasonería. Los miembros de estas organizaciones son conocidos como masones. Hay grados adicionales, que varían con la localidad y la jurisdicción, y son generalmente administrados por diferentes cuerpos que los grados de oficio.
La unidad organizativa local básica de la Francmasonería es la Logia. Las Logias suelen ser supervisadas y gobernadas a nivel regional (por lo general, con una frontera estatal, provincial o nacional) por una Gran Logia o Gran Oriente. No existe una Gran Logia internacional, mundial que supervise toda la Francmasonería; cada gran logia es independiente, y no necesariamente se reconocen como legítima.
Hermano Benjamín | https://conceptodefinicion.de/francmasones/| Marzo| 2021
La Francmasonería es una fratría iniciática, y como tal, o es un organismo vivo o no es. La Francmasonería se define por su quehacer y cumplirá sus fines y principios no sólo ajustándose a sus coordenadas temporales, sino estando en la vanguardia ética, social y filosófica de cada época, lo que significa que ha de tener un papel de referencia crítica y, al mismo tiempo, de ancla que permita transmitir los valores humanistas y librepensadores que han servido, y creemos que deben continuar sirviendo, para progresar en el conocimiento, elevar la dignidad de las personas y mejorar las condiciones de la existencia humana.
Los indicios de los cambios de los que hoy somos testigos y actores (voluntarios o involuntarios) pudieron atisbarse ya en la década de los setenta del siglo pasado y fueron acelerándose en los noventa al hilo del imparable y globalizador desarrollo de las nuevas e impresionantes tecnologías, de las que internet es el exponente de mayor proyección pública.
Desde hace una generación se han ido acelerando los cambios que hoy ya son visibles en nuestras sociedades y que afectan directamente a nuestras vidas; y dentro de otra generación el mundo será difícilmente reconocible para quienes la mayor parte de su horizonte vital ha transcurrido en la segunda mitad del siglo XX, la época en la que la vieja y ahora decadente Europa logró las mayores cotas de libertad, bienestar y justicia social que se han conocido.
Nuestro tiempo no deja de ofrecer síntomas muy preocupantes de intolerancia, fanatismo y confusión. Se ha extendido y acrecentado la banalización de nuestra cotidianidad, incluyendo la violencia. Es tiempo de miedos, a los que no debemos ceder ni una micra.
Valentín Díaz | Cultura Masónica | Abril | 2011