La ascensión del individualismo, el surgimiento de nuevos lugares de socialización, como las redes sociales, la aversión al compromiso y la falta de renovación de un enfoque centrado en la filantropía, que no fomenta la incorporación de nuevas generaciones al no ofrecer otros universos de mayor significado, están entre las causas del descenso de miembros entre las grandes logias de raíz anglosajona”, explica Jean-Pierre Rollet, gran canciller de la Gran Logia Nacional Francesa, que aglutina a 30.000 miembros regulares del total de 120.000 masones que hay en el país, repartidos entre las diversas obediencias. “En grandes logias tradicionales de Europa y América Latina el desinterés no es tan acusado porque la institución responde a la sed de vida espiritual de muchos de nuestros contemporáneos”. Se calcula que en el mundo los masones regulares no superan los tres millones, repartidos en dos centenares de grandes logias nacionales reconocidas entre sí. A las causas del descenso de miembros entre los países pata negra —EE UU, Reino Unido, Irlanda y Escocia— apuntadas por Jean-Pierre Rollet cabe añadir la edad provecta de sus integrantes.
Hermano Benjamín | https://elpais.com/elpais/2018/06/01/eps/1527868750_381484.html | Septiembre | 2020
La Francmasonería es una fratría iniciática, y como tal, o es un organismo vivo o no es. La Francmasonería se define por su quehacer y cumplirá sus fines y principios no sólo ajustándose a sus coordenadas temporales, sino estando en la vanguardia ética, social y filosófica de cada época, lo que significa que ha de tener un papel de referencia crítica y, al mismo tiempo, de ancla que permita transmitir los valores humanistas y librepensadores que han servido, y creemos que deben continuar sirviendo, para progresar en el conocimiento, elevar la dignidad de las personas y mejorar las condiciones de la existencia humana.
Los indicios de los cambios de los que hoy somos testigos y actores (voluntarios o involuntarios) pudieron atisbarse ya en la década de los setenta del siglo pasado y fueron acelerándose en los noventa al hilo del imparable y globalizador desarrollo de las nuevas e impresionantes tecnologías, de las que internet es el exponente de mayor proyección pública.
Desde hace una generación se han ido acelerando los cambios que hoy ya son visibles en nuestras sociedades y que afectan directamente a nuestras vidas; y dentro de otra generación el mundo será difícilmente reconocible para quienes la mayor parte de su horizonte vital ha transcurrido en la segunda mitad del siglo XX, la época en la que la vieja y ahora decadente Europa logró las mayores cotas de libertad, bienestar y justicia social que se han conocido.
Nuestro tiempo no deja de ofrecer síntomas muy preocupantes de intolerancia, fanatismo y confusión. Se ha extendido y acrecentado la banalización de nuestra cotidianidad, incluyendo la violencia. Es tiempo de miedos, a los que no debemos ceder ni una micra.
Valentín Díaz | Cultura Masónica | Abril | 2011