GRADO VIGESIMO NOVENO

GRAN ESCOCES DE SAN ANDRES

O

GRAN MAESTRO DE LA LUZ

DECORACIÓN DE LA CAMARA

CORTINAJE rojo en el Oriente, así como en los tres tronos, que estarán franjeados de oro. El de los Campamentos será azul celeste. Sobre la silla del GRAN MAESTRO, que es el nombre del Poderosísimo Gran Maestro, el símbolo del Grado, que es un Buey negro en fondo de oro con el exergo: OMNIA TEMPUS ATTINGIT, y en la Mesa el cetro en vez del mazo.

En la parte anterior del Altar, se pinta un círculo con un triángulo inscrito, y arriba se pondrán las Constituciones Concejiles o la Dispensa, los Reglamentos y la espada.

A la derecha del Oriente, o al lado del cuerpo de la Cámara que esté mejor alumbrado, se pondrá un gran cuadro en el que estará pintada la Jerusalem Celeste del modo que sigue: se trazan dos círculos, uno dentro del otro, a distancia proporcional, y se dividen en doce partes o doce caminos, de manera que quede el mismo número de trapecios, que se llaman Barrios, perfectamente iguales dejando el gran centro vacío, que sirve de plaza. En el primer trapecio o Barrio superior, que queda a la izquierda de la primera al centro y en la otra mitad exterior se leerá: PINTURA. En el trapecio o Barrio que sigue, bajando siempre por la izquierda, se pintará hacia adentro un Violín y hacia fuera la palabra MUSICA. En el tercero, un Busto y la palabra ESCULTURA. En el cuarto, una Lira y la palabra POESIA. En el quinto, una Sirena y la palabra CORTESANIA. En el sexto, un Genio y la palabra SIMBOLISMO. En el séptimo, un Plano y la palabra ESCEPTICISMO. En el octavo, un Alambique y la palabra GASTRONOMIA.          En el noveno, un Martillo y la palabra

GIMNASTICA. En el décimo, un Compás y la palabra ESTETICA. En el undécimo, un Caduceo y la palabra ORATORIA. En el duodécimo, una Careta con la palabra DRAMATICA.

En el lado exterior o gran arco de cada trapecio, comenzando por el de la PINTURA, se pondrá uno de estos nombres: EQUIDAD, ORDEN, FORTALEZA, HONOR, DISCIPLINA, GRATITUD.

En el lado interior, que mira al centro o a la gran plaza, se inscribirán del mismo modo estos nombres: JUSTICIA, ARMONIA, VERDAD, LIBERTAD, PUREZA, PAZ, SALUD, ALEGRIA, CULTURA, SABIDURÍA, IGUALDAD.

Hacia la parte exterior del primer camino, que separa el Barrio o trapecio de la PINTURA del de la DRAMATICA, se pondrá el letrero ABNEGACION; y sucesivamente en los otros. TEMPLANZA, VIGILANCIA, ESPERANZA, SIMPATIA, FRATERNIDAD, INDUSTRIA, UNION, MEMORIA, PERFECCION, CANDOR, ASOCIACIÓN, y de la mitad a la parte interior, que se llaman PUERTAS, las palabras FIDELIDAD, CASTIDAD, PERCEPCIÓN, INMORTALIDAD, FE, DEDUCCIÓN, ANALOGÍA, INDUCCIÓN, CIENCIA, MODESTIA, LIMPIEZA, VALOR.

En el centro o plaza, y en el tercio superior de la izquierda, se pintará un ARBOL, con doce frutos, y en la misma línea, hacia la derecha, un CORDERO INMACULADO, de cuyo corazón parten cinco ríos de amor con estos letreros: AMOR, PATERNAL, AMOR CONYUGAL, AMOR FILIAL, AMOR, FRATERNAL, AMOR SOCIAL, los cuales van a parar a un gran lago que ocupa el tercio inferior de dicha plaza con el letrero FILANTROPÍA.

Todos los miembros agregan a sus nombres o al de sus dignidades el de GRAN MAESTRO DE LA LUZ.

La insignia es un collarín verde, de orilla roja, que sostiene la alhaja o el símbolo del Grado, que puede simplemente bordarse en el ápice.

PRELIMINARES DE LA APERTURA

Cuando todos ocupan sus puestos, da un golpe con el cetro y dice el

Gr.·. Maestro. —Mi intención, Hermanos, es proceder a la apertura de la Gran Cámara de los Maestros de la Luz, y os doy gracias por haber acudido a mi llamado.

¿Cuál es vuestro deber en este caso, Gran Maestro Primer Teniente?

Pr.·. Ten.·. —Cerciorarme de que ningún profano pueda vemos ni oímos.

Gr.·. Maestro. —¡Servíos hacerlo así, Hermano!

Pr.·. Ten.·. —¡Gran Maestro Segundo Teniente, ordenad que se cubra la Gran Cámara!

Seg.·. Ten.·. —Gran Maestro Capitán de Guardias, ¡servíos cubrir la Gran Cámara!

Se levanta, sale, coloca los centinelas, vuelve y dice:

Cap.·. de G.·. —¡Estamos exteriormente cubiertos, Gran Maestro Segundo Teniente!

Seg.·. Ten.·. —Ningún profano puede vemos ni oímos, Gran Maestro Primer Teniente!

Pr.·. Ten.·. —¡Podemos proceder, Gran Maestro!

Gr.·. Maestro. —¿Cuál es vuestro deber ahora, Gran Maestro Segundo Teniente?

Seg.·.  Ten.·. —Ver con el Primero si todos los presentes son Grandes Maestros de la Luz.

Gr.·. Maestro. —¡Pues cumplidlo, Hermanos Primero y Segundo Tenientes!

Se levantan, piden a todos las palabras, y vueltos a sus tronos, da un golpe con su mazo y dice el

Seg.·. Ten.·.—¡Todos los de mi Campamento son del Grado, Gran Maestro Primer Teniente!

Da otro golpe con su mazo y dice el

Pr.·. Ten.·.—¿Todos somos Grandes Maestros de la Luz, Gran Maestro!

Gr.·. Maestro. —¡Pongámonos nuestras insignias, Hermanos!

Todos lo ejecutan; luego da un golpe con el cetro y procede a la

APERTURA DE LA CAMARA

Gr.·. Maestro. —¿Quiénes son los Grandes Maestros de la Luz, mi Primer Teniente?

Pr.·. Ten.·. —”Los siervos de los siervos de la Humanidad”.

Gr.·. Maestro. —¿Qué debemos hacer para alcanzar tan alto nombre?

Pr.·. Ten.·. Proclamar y dar el ejemplo del sacrificio de los fuertes a los débiles, y de la veneración de los débiles hacia los fuertes, excitando el sentimiento de la conservación de la especie con el Amor Social; el de recíproca garantía con el Amor Fraternal; el de la gratitud, con el Amor Filial; el de la abnegación con el Amor Conyugal, y el que nos afilia a nuestros predecesores con el Amor Paternal, que nos liga con los sucesores.

Gr.·. Maestro.—¿Qué establecemos por Principio, Base y Fin.

Pr.·. Ten.·.—Nuestro Principio es el AMOR, nuestra Base el ORDEN, y nuestro fin el PROGRESO.

Gr.·. Maestro. —Así es, Hermano; el que sabe, se debe al ignorante, y el que se cree independiente de los otros en sus afecciones, pensamientos y actos, no puede proferir tal blasfemia sin una contradicción palpable, puesto que ni siquiera el idioma que habla le pertenece.

¿Y a qué hora se abren los trabajos de la Gran Cámara?

Pr.·. Ten.·. —En pleno mediodía.

Gr.·. Maestro. —¿Qué hora es, Gran Maestro Segundo Teniente?

Seg.·. Ten.·. —La del pleno mediodía.

Gr.·. Maestro. —¡Servíos, Primero y Segundo Tenientes, pedir a los Grandes Maestros de la Luz que decoran vuestros Campamentos, que se unan a vosotros y a mí para comenzar los trabajos!

Pr.·. Ten.·. —Hermano Segundo Teniente y Grandes Maestros de la Luz que decoráis mi Campamento, nuestro Gran Maestro os pide que nos ayudéis a abrir los trabajos!

Seg.·. Ten.·. —Grandes Maestros de la Luz que decoráis mi Campamento, nuestro Gran Maestro os pide que nos ayudéis a abrir los Trabajos!

Anunciado, Gran Maestro de la Luz, Primer Teniente.

Da un golpe.

Pr.·. Ten.·. —¡Anunciado, Gran Maestro!

Da otro.

Este da once golpes por dos y nueve y dice:

Gr.·. Maestro. —¡En pie y al orden, Grandes Maestros de la

Luz!

Todos lo ejecutan.

Gr.·. Maestro. —U.·. T.·. O.·. A.·. A.·. G.·. I.·. etc., declaro abiertos los trabajos de los Grandes Maestros de la Luz, undécima Cámara Filosófica del Consejo Kadosch…, No…

¡A mí; Hermanos!

Se hacen los signos de los once Grados Concejiles, y después del último, la batería con la Palabra Sagrada.

Gr.·. Maestro. —¡Sentaos, Grandes Maestros de la Luz!

En seguida se anuncia, lee y sanciona el balaustre de la sesión anterior, se despachan los asuntos de familia, se proponen y votan los Candidatos, se recibe a los Visitadores, se les consulta acerca de los citados candidatos, se hace justicia a las observaciones y se envía al Gran Introductor por ellos. Este los trae y les hace tocar en su Grado.

EXALTACIÓN DE LOS CANDIDATOS

Cap.·. de G.·. —¡Gran Maestro Segundo Teniente, tocan de un modo desusado en la Gran Cámara!

Seg.·. Ten.·. —¡Tocan de un modo desusado en la Gran Cámara, Primer Teniente!

Pr.·. Ten.·. —¡Gran Maestro, tocan de un modo desusado en la Gran Cámara!

Gr.·. Maestro. —¡Inquirid quién toca, Hermano!

Pr.·. Ten.·. —¡Preguntad quién toca, Gran Maestro Segundo Teniente!

Seg.·. Ten.·. —¡Ved quién toca, Gran Capitán de Guardias!

Entreabre y pregunta.

Cap.·. de G.·.—¿Quién toca?

Gr.·. Intr.·. —El Gran Introductor con los Candidatos.

Cap.·. de G.·. —¡Es el Gran Introductor con los Candidatos, Gran Maestro Segundo Teniente!

Seg.·. Ten.·. —¡Es el Gran Instructor con los Candidatos Gran Maestro Primer Teniente!

Pr.·. Ten.·. —¡Es el Gran Introductor con los Candidatos, Gran Maestro!

Da un golpe con el cetro y dice el

Gr.·. Maestro. —¡En pie y al orden ¡Ábranse las puertas!

Se ejecuta; entran, saludan como Príncipes Adeptos, y dice el

Gr.·. Intr.·. —¡Gran Maestro y carísimos Hermanos: tengo la honra de presentaros a los Príncipes Adeptos… que os piden que los elevéis a Grandes Maestros de la Luz abriéndoles las puertas de la Jerusalem Celeste!

G.·. Maestro. —¡Sed bienvenidos, Príncipes Adeptos! Como tales, sois soldados de la Patria, y nos ayudaréis a convertirla en la Nueva Jerusalem que resplandece en esta Gran Cámara!

¡Sentaos, hermanos!

El Gran Introductor les da asiento detrás del Altar y él se coloca a la izquierda de los Candidatos.

Gr.·. Maestro. —Hermanos: el Grado vigésimo nono del Rito Antiguo y Aceptado Escocés termina los estudios de la Institución que aún os falta, pues aunque hemos explicado los principios económicos, políticos, filosóficos y sociales, ocupados de la ciencia y del desarrollo moral, no nos detuvimos en los de aquellas artes que contribuyeron más a las delicias de la existencia, y cuyos símbolos veis en ese cuadro. Vamos a considerarlas ahora, a reunir todos los materiales, a pulir, regularizar y enlazar el conjunto de nuestras investigaciones en todo género, para en seguida pasar a su aplicación y realizar la magnífica obra de la Nueva Jerusalem.

El hombre no es sólo un ser inteligente; es sensible, y los que procuran hacerle dichoso no han de olvidar jamás que vive por el corazón. Una legislación sabia y una educación escogida, satisfacen a la conciencia, pero no al sentimiento vital, que pide deleite a los sentidos, emociones y encantos a la imaginación; dulzuras a lo bello, arranques a lo sublime; hay que satisfacer esa necesidad de goces que ha creado la poesía, el drama, la novela, la pintura, la música y todas las Bellas Artes, que excitan al ingenio a producir sus maravillas, y que suavizan las costumbres, dulcifican el trato y nos hacen más amantes, generosos, corteses, y, en una palabra, más sociales. Glorifiquemos las Bellas Artes, para fundar en el reino de la Razón el Paraíso.

Tal fue desde la antigüedad el fin de este Grado, totalmente corrompido por los Jacobitas, que alteraron su nombre llamándole PATRIARCA DE LAS CRUZADAS, o GRAN ESCOCES DE SAN ANDRES DE ESCOCIA. A pesar de esos símbolos palpitantes, que, cuando no se posee el Cuadro de la Jerusalem Celeste, se graban en las doce columnas blancas que sostienen el cortinaje de esta Gran Cámara; a pesar de esa PALETA, que caracteriza la Pintura; de ese VIOLIN, que señala la Música; de ese BUSTO, emblema de la Escultura; de esa LIRA, que representa la Poesía; de esa SIRENA, expresión de la Cortesanía; de ese GENIO, que expresa el Simbolismo: de ese PLANO, que es muestra del riguroso Escepticismo, de ese ALAMBIQUE, en que la Gastronomía depura las esencias; de ese MARTILLO, que ejercita la Gimnástica; de ese COMPAS, que preside a la Estética, de ese CADUCEO, que sublima la Oratoria; y de esa CARETA, que recuerda la Dramática, no se comprendió su significado y los Redactores de los Rituales los llenaron con sus ensueños. No comprendían que nuestro Rito es el estudio del hombre y de la naturaleza, y tomándolo por recreación moral, lo desprestigiaron, o lo envilecieron al hacerlo servir para sus fines políticos retrógrados; pero ya os he dicho lo que es la Verdad, y la Verdad no muere.

Pero antes de ir más lejos, permitid que os haga un corto

INTERROGATORIO

¿Qué opináis acerca de las Bellas Artes, Hermanos…?

Responde el preguntado.

Gr.·. Maestro. —¿Qué os parecen las Bellas Letras, Hermanos?…

Idem.

Gr.·. Maestro. —¿Por qué no podemos mejorar las obras maestras de los artistas de la antigüedad, Hermanos?…

Idem.

Gr.·. Maestro. —El lujo, ¿es conveniente o perjudicial?

Así que dan libremente su opinión, dirá el

Gr.·. Maestro. —Se dice que el lujo es el corruptor de las costumbres y los escritores de los últimos siglos, que tenían falsas ideas acerca de la riqueza de las naciones han declamado sin cesar contra él, considerándole la causa de la ruina de Grecia, Cartago y Roma. Es un error. Aquellas naciones perecieron por su ignorancia de los principios económicos y su mal gobierno, no por el lujo, que prolongó en vez de destruir, su existencia. El es la expresión de aquel sentimiento que nos hace amar lo bello y que lo encuentra. Dios nos dotó de inteligencia para comprender el Universo y utilizarlo en satisfacer, no sólo la parte animal, sino las aspiraciones del deseo y no para vivir desnudos o vestir como salvajes. El lujo es la perfección de la Higiene, ese ABRETE SESAMO que hace girar los goznes de la puerta diamantina que nos encierra en los dominios de la muerte, o nos franquea el paso a los de la salud y bienandanza. Por el lujo nos hermoseamos, hacemos digno nuestro cuerpo del alma que lo rige y gozamos moral, intelectual o físicamente de los placeres que la industria proporciona.

En vez de corromper las costumbres, el lujo las regenera; sirve de contrapeso a la avaricia y es la expresión del adelanto, porque abre un campo inmenso a la distribución de la riqueza entre los proletarios. El que ha reunido su capital a duras penas, lo mismo que el que por sus talentos o circunstancias particulares lo adquiere sin trabajo, emplea sus caudales casi siempre, donde se desconoce el lujo, en humillar y esclavizar a sus hermanos; pero donde está generalizado, los derrama en los menos favorecidos. Es uno de los estimulantes más poderosos de la producción, es el que obliga a hacer obras maestras en lo curioso o en lo más sutil por la seguridad de la recompensa. Trae la emulación que estimula el ánimo y despierta el ingenio, porque cada hombre busca su placer en tan distintas cosas como se diferencian los antojos del apetito. Y no sólo perfecciona el buen gusto y beneficia la salud pública por el aseo que le es inseparable, sino que lleva la civilización a otros países, creándoles las necesidades del comercio y la pasión por las Bellas Artes. Por eso afirmamos que es una prueba irrecusable del Progreso, y que la nación que lo desconoce está en atraso. Cuando en Grecia, los menos acomodados bebían en vaso de oro casi transparente por su ligereza, multitud de gentes se mantenían de esa manufactura; y cuando en cada manzana había en Roma baños, y el más pobre se recreaba en ellos sin sacrificio, era una de las ciudades más saludables, a pesar de los focos de infección que la han asolado al cambiar de costumbres con la invasión y dominio de los bárbaros. Suprimid el lujo, cerrad esos talleres, donde, con poco esfuerzo y menos fondos, numerosas familias, caterva de dependientes e innumerables jóvenes del bello sexo y de constitución delicada, viven cómoda y honradamente y decidme: ¿qué será de todos ellos?…

Cuando recibisteis el primer Grado Concejil o de Gran Pontífice, se os mostró la Jerusalem Celeste o el Palacio de la Razón, que bajaba del empíreo para destrozar la serpiente de tres cabezas. La hemos levantado, y habitaréis esa Ciudad Santa que vais a conocer en su magnificencia.

¡Gran Maestro Gran Introductor, aproximad al cuadro a los Príncipes Adeptos y mostradles lo que vaya describiendo!

Toma su varilla, los dirige a Oriente y va señalando los puntos que explica el Gran Maestro.

DESCRIPCIÓN DEL CUADRO

Gr.·. Maestro. —¡Ahí tenéis a la Nueva Jerusalem! Dos caminos nos llevan a las doce puertas de sus doce Barrios. Todos son iguales, porque no hay en ella primero ni último.

Primer Barrio.

Llámole así para ordenar la explicación y por la propia causa daré el nombre de Primer Camino al que se titula ABNEGACION, carácter distintivo del Gran Maestro de la Luz, que lo lleva a la Puerta de la FIDELIDAD.

Forma UNO de los lados que limita por el otro Segundo Camino o el de la TEMPLANZA, con su puerta CASTIDAD.

Su frente exterior es el de la EQUIDAD, y el interior, de la JUSTICIA.

Las seis virtudes de primer orden que limitan este Barrio, Templanza, Castidad, Fidelidad, Abnegación, Equidad y Justicia, os muestran su importancia.

Porque está destinado a la PINTURA o el Dibujo, ese arte presenta sin cesar a los ojos, el cuadro palpitante de los hechos o personas que existen o que fueron, y todo lo que tiene de bello, terrible o instructivo el espacio, o lo que sucede en el tiempo.

Segundo Barrio.

El Tercer Camino es el de la VIGILANCIA, y su Puerta la de la PERCEPCIÓN.

El Barrio que circunscribe con el Segundo Camino, presenta anteriormente el ORDEN, y en el punto opuesto la ARMONIA.

Fina percepción. Castidad en los conceptos, Templanza en las emociones e infatigable Vigilancia para que ninguno destruya la Armonía y reine el Orden en el Barrio de la MUSICA y del Canto, perfumes del sentimiento que el corazón exhala y llegan hasta el trono de la Divinidad que lo creó, son las cualidades que distinguen a los que lo habitan.

Tercer Barrio.

El Cuarto Camino se embellece con la ESPERANZA, y conduce a la Puerta de la INMORTALIDAD.

El barrio que constituye con el Tercer Camino, ofrece en su límite externo la palabra FORTALEZA, y en el interno VERDAD.

Halláis ahí reunidas en el Barrio de la ESCULTURA, materialización sublime del pensamiento del hombre, la exactitud de la Percepción a la Fortaleza de la mano, la vigilancia en los pormenores a la Verdad de la obra, para que la Esperanza anime a la conquista de la inmortalidad de los Fidias.

Cuarto Barrio.

El Quinto Camino es el de la SIMPATIA, que nos lleva a la Puerta de la FE.

El Barrio que deslinda con el Cuarto Camino, tiene hacia fuera el CELO, y dentro la LIBERTAD.

En él se cultiva la POESIA y las Bellas Letras, que ganan los corazones con la Simpatía, y llenos de Celo por la Libertad, sus pobladores entonan el himno de la ESPERANZA, que la Inmortalidad recompensa.

Quinto Barrio.

El Sexto Camino dice FRATERNIDAD, y su puerta DEDUCCIÓN.

El barrio que circunda con el Quinto Camino, proclama la DIGNIDAD en su primer frente, y la PUREZA en el segundo.

Es el de la CORTESANIA, base del trato humano, que nos gana amigos y conserva los que tenemos. La simpatía nos atrae, la Fe nos inspira confianza por la pureza de nuestros actos, la Dignidad conserva el prestigio y la Deducción nos enlaza con los vínculos de la Fraternidad.

Sexto Barrio.

El Séptimo Camino es el de la INDUSTRIA, y su puerta LA ANALOGÍA.

El Barrio que rodea con el Sexto Camino, manifiesta la PACIENCIA de un lado y la FUERZA del otro.

Es el del SIMBOLISMO, porque los que en él residen se remontan por la FUERZA de su Deducción en las alas de la Industria al aprecio de la Analogía, e inspirados por la Fraternidad, nos dan los mitos, las alegorías y parábolas, que así ejercitan la Paciencia como desarrollan el Entendimiento. Por eso la columna del Genio, cuando no hay cuadro, se pone cerca de Oriente, en la misma línea que la del Plano que sigue a continuación.

Séptimo Barrio.

El Octavo Camino es el de la UNION y su puerta la de la INDUCCION. Forma con el Séptimo las partes laterales del Barrio, que dice en sus frentes TOLERANCIA y PAZ.

Es el del ESCEPTICISMO y sus habitantes, entregados al estudio de lo infinito, comienzan por dudar de todo, hasta adquirir por sí mismos nociones exactas de las cosas. Con su tolerancia hacia las diversas opiniones, que han de pasar por el crisol de la experiencia antes de ser admitidas, viven en Paz y siguiendo la Unión de su Industria los consejos de la Inducción, levantan sistemas razonados que nos elevan al progreso material y por Analogía al intelectual.

Octavo Barrio.

El Noveno Camino es el de la MEMORIA y su puerta la de la CIENCIA.

El octavo marca el otro lindero, que encierra al Barrio de la GASTRONOMIA, en cuyo frente anterior leéis PRUDENCIA y en el posterior SALUD.

El hombre es el único viviente que sabe preparar sus alimentos y bebidas y que con la Memoria y la Inducción ha creado la Ciencia, cuyos principios forman ese arte que conserva la Salud, nos fortalece, y dirigida por la Prudencia, dilata la vida y contribuye a la Unión de las voluntades.

Noveno Barrio.

El Décimo Camino, o el de la PERFECCION, termina en la puerta de la MODESTIA.

Con el Noveno regula el Barrio de la GIMNASTICA, que caracteriza la CONFIANZA por el frente y la ALEGRIA por el otro.

En ese Gimnasio Universal, que une la equitación a la danza y los ejercicios corporales con los deliciosos trabajos del Liceo reinan la Modestia y la Ciencia, la cual, con la Memoria de lo pasado, busca la Perfección de lo presente y lo futuro y llena de Confianza los ánimos y de Alegría los corazones.

Décimo Barrio.

El Undécimo Camino es el del CANDOR y su puerta la de la LIMPIEZA.

Con el Décimo describe el Barrio que rige el HONOR por una parte y la CULTURA por la opuesta.

Es el de la ESTETICA, o el del estudio de lo bello en lo físico, lo moral e intelectual, y por eso el Honor, la Cultura, la Limpieza, el Candor y la Modestia nos hacen adquirir la Perfección que buscamos.

Undécimo Barrio.

El Duodécimo Camino o el de la ASOCIACIÓN, es el que por la puerta del VALOR termina el plano.

Figura con el Undécimo el Barrio que en su frente externo recomienda la DISCIPLINA, o el estudio que nos eleva por el interno a la SABIDURÍA.

Es el de la ORATORIA, cuya luz divina alumbra y no quema. La palabra es el vínculo de la Asociación: empleadla con Valor, y a fuerza de Disciplina, inculcad con la Sabiduría los principios del Honor y de la dignidad humana, para que el Orden nos mantenga a la cabeza del Progreso.

Duodécimo Barrio.

Lo limitan el Primer Camino y el Ultimo descritos, o sean el de la ABNEGACIÓN con su puerta de la FIDELIDAD, y el de la ASOCIACIÓN con la suya del VALOR.

Impera en su frente exterior la GRATITUD y la interior la IGUALDAD.

Ejercítense en este último Barrio en la DRAMATICA, espejo de la vida, animada acción de lo grandioso pasado, de lo útil presente y de la dicha futura. Los estimula el sentimiento de la Asociación y presentándonos los modelos del Valor, de la Fidelidad y de la Abnegación, nos llena de gratitud hacia los que fueron y nos hace proclamar la Igualdad de derechos en todo lo que somos.

Ella es la base de la Fraternidad, cuyos emblemas más expresivos decoran la inmensa plaza que los doce frentes interiores de los Barrios, con sus puertas circunscriben.

Centro

En esa plaza de la Nueva Jerusalem hay un cordero inmaculado, símbolo del Sol, alma de las siete esferas, representadas por el libro de la Fatalidad o de los siete sellos, que nos redime al resplandecer en Aries en el equinoccio de la primavera, salvando al mundo de las tinieblas del invierno con el nombre del Sol Pascual o equinoccial. Fluyen de su corazón cinco ríos de Amor: el primero es el PATERNAL, el segundo el CONYUGAL, el tercero el FILIAL, el cuarto el FRATERNAL, el quinto el SOCIAL, que se funden como manantiales para formar el extenso, pacífico y delicioso lago de AMOR A NUESTRO LINAJE o la Filantropía.

Frente a Aries o el Cordero, está el ARBOL DE LA VIDA, tan distinto del de la CIENCIA DEL BIEN Y DEL MAL. Es el Árbol de la Libertad, fecundo en el foco de la conciencia, nutrido con la savia de la inteligencia, y madurado por el Sol de la Razón. Los Orfeos y Salomones, los Platones y Licurgos, los Padillas y Lanuzas, los Washington y los Jefferson, los han regado con los cauces de su sabiduría o los torrentes de su sangre, y erguido, poderoso, indestructible, abastece a los Barrios, con sus doce frutos, cuyos nombres veis en sus frentes interiores.

¡Dadles asiento, Gran Maestro de la Luz Gran Introductor!

Los vuelve al sito que antes ocupaban.

Gr.·. Maestro. —Príncipes Adeptos, ya conocéis la Ciudad Santa! En los Veintinueve Grados que os he explicado se encierran los principios que constituyen la Masonería Escocesa. Al ponerlos en práctica, no olvidéis que la Razón forma una mínima parte de la naturaleza humana; que los sentimientos del ánimo, los instintos brutos, las afecciones y los intereses materiales la eclipsan y muy a menudo la contradicen directamente, y si queréis que reine el puro Principio a pesar de todo, moriréis en la demanda o pasaréis por locos.

Vais, hermanos, a sentaros en esta Gran Cámara, donde brillan el Cordero y el Toro, la Dulzura y la Fuerza, el Sol de primavera y el Sol de estío, que protege el Universo. Vais a apropiaros sus virtudes, a MEDIR HASTA EL SOL, palabras simbólicas del poder de la Razón que nos hace levantar la Nueva Jerusalem para dicha de nuestro linaje. Ella es, como el Tiempo, inmortal, porque es la Verdad. Sus doce caminos, sus doce puertas y sus doce Barrios, son alegorías de ese mismo sol en sus diversas casas, y de lo que esperamos del tiempo, del año y de sus doce meses por nuestra constancia; y el Arbol de la Vida, que produce doce frutos, lo es de la Constitución, que proclama las doce leyes fundamentales de la Libertad; ese Sol de los Soles, que resplandece en cada una de ellas como el astro del día en las constelaciones del Zodiaco para fecundar la naturaleza. ¡Qué ningún temor os arredre! Provocad y precipitad los acontecimientos, porque a los grandes corazones los descubre la ocasión y los eclipsa el ocio!

¿Qué perdisteis al entrar en la Masonería? La luz. Se os dio, más parcialmente según lo que podía soportar vuestra débil vista. De un modo sucesivo y conforme aquélla se robustecía, la hemos aumentado, hasta que como Príncipes Adeptos se os mostró en toda su grandeza. Os habéis apropiado su fulgor divino y nuevos focos van a lanzar sus rayos para desvanecer hasta las sombras de la ignorancia.

¡Conducidlos al Altar, Gran Maestro Gran Introductor: y vosotros Hermanos, acompañadme al acto solemne del juramento y colocación del Grado!

Se hace en toda forma y dice el

Gr.·. Maestro. —¡Repetid conmigo!

JURAMENTO

Yo…, juro bajo mi palabra de honor, cumplir todas las obligaciones que he contraído en los Veintinueve Grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, en que se me ha Iniciado; tener por principio el Amor a mis semejantes, por base el Orden y por fin el Progreso, como se entienden en esta Gran Cámara, para Gloria de Dios y ventura de los hombres.

¡Amén!

Levanta su espada sobre la cabeza de los graduandos y con el Cetro en la derecha dice el

Gr.·. Maestro. —U.·. T.·. O.·. A.·. A.·. G.·. I.·. etc., os creo, nombro y constituyo Gran Maestro de la Luz y miembro de esta undécima Cámara Filosófica del Consejo Kadosch……. N°…….a vos…….

Da con el Cetro en la espada once golpes por dos y nueve y dice en seguida el

Gr.·. Maestro.—¡Tomad plaza!

Todos lo hacen menos los neófitos y el Gran Introductor.

Gr.·. Maestro. —Los modos de reconocerse en este Grado son:

SIGNOS: —La uña del pulgar derecho debajo del párpado inferior de dicho lado, con el índice levantado en escuadra como parece hacer una puntería, diciendo: MIDO HASTA EL SOL.

TOQUE. —Tomarse el uno al otro la última falange del índice derecho, diciendo las primeras sílabas de la Palabra Sagrada.

Luego se toman la misma falange del dedo meñique, diciendo el primero la última sílaba y el segundo toda la palabra Sagrada.

PALABRA DE PASE……………………………

IDEM SAGRADA………………………………

BATERIA. Once golpes por dos y nueve.

EDAD. Noventa y cinco años.

SIMBOLO. —Un medallón con un Buey negro en campo de oro y el lema EL TIEMPO TODO LO ALCANZA; en latín OMNIA TEMPUS ATTINGIT.

¿Conducidlos, Gran Introductor, a mis Tenientes para que los examinen!

Se sientan, y luego que los proclaman, da un golpe y dice el

Gr.·. Maestro. —¡En pie y al orden, Grandes Maestros de la

Luz!

Gr.·. Maestro. —¡Hermanos nuevamente exaltados! Os felicito por haber llegado a la cúspide de la ciencia. Tal vez os han parecido ridículos algunos de los nombres de los Grados que poseéis, gracias a la vanidad de su sentido; pero considerad que no son invenciones modernas y que nada importa que se nos juzgue más o menos necios, si así destruimos la necedad y educamos a las naciones. Si los tiranos, para engañar a los pueblos se llaman PADRES DE LA PATRIA y al dictar sus rescriptos dicen que lo hacen por el bien público, ¿por qué hemos de proscribir nuestras condecoraciones y rimbombantes dictados, si con ellos mostramos su insignificancia? Decid a los grandes que van a reunirse en nuestras Logias con los proletarios y les volverán la espalda, en tanto que esos nombres les halagan y poco a poco los principios que aprenden los confunden con el pueblo.

¡Vuestra instrucción es completa! Sois libres, sois sabios, habéis probado el Árbol de la Vida, y no necesitáis más para ser felices. Mi misión ha acabado, os he enseñado lo que sabía; he pagado mi deuda; haced lo mismo y pagaréis la vuestra…; y, sobre todo, ¡no paséis más adelante! ¡no nos pidáis nuestro secreto!

¡A mi, hermanos!

Signos y baterías. Luego manda tomar asiento, colocando a los neófitos en Oriente; el Caballero de la Elocuencia da su balaustre, recibe las felicitaciones de costumbre, se despachan los asuntos pendientes, se ofrece la palabra, se dan gracias a los Visitadores, se circula la caja de socorros y se pasa a la

CLAUSURA DE LOS TRABAJOS

Da un golpe con el Cetro y dice el

Gr.·. Maestro. —¿A qué hora se cierra la Gran Cámara, Gran Maestro Primer Teniente?

Pr.·. Ten.·. —Cuando la Luz desaparece de la faz de la tierra.

Gr.·. Maestro. —¿Y qué hora es en ella, Gran Maestro Segundo Teniente?

Seg.·. Ten.·. —La de la entrada de la noche.

Gr.·. Maestro. —¡Pues si falta a nuestros Hermanos la Luz material, anunciad que voy a cerrar los trabajos para que les llevemos la intelectual, Primero y Segundo Tenientes!

Pr.·. Ten.·. Segundo Teniente y Grandes Maestros de la Luz que decoráis mi Campamento, ¡se va a cerrar la Gran Cámara!

Seg.·. Ten.·. —Grandes Maestros de la Luz que decoráis mi Campamento, ¡se va a cerrar la Gran Cámara del Consejo!

Anunciado, Gran Maestro Primer Teniente.

Da un golpe.

Pr.·. Ten.·. —¡Anunciado, Gran Maestro!

Da otro.

Da once golpes por dos y nueve, y dice el

Gr.·. Maestro.—¡En pie y al orden, Grandes Maestros de la Luz!

Todos lo ejecutan.

Gr.·. Maestro. —U.·. T.·. O.·. A.·. A.·. G.·. I.·. etc., declaro cerrada la Gran Cámara del Consejo de los Grandes Maestros de la Luz, Grado Vigésimo Nono del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

¡A mí, Hermanos!

Se hacen los signos de los once grados Concejiles y la batería del último.

Gr.·. Maestro. —¡Id en paz, Hermanos; pero antes jurad guardar silencio de todo lo ocurrido en la sesión!

¿Lo juráis?

Extienden la mano y el brazo derecho y dicen:

Todos. —Lo juro.

Y se retiran en silencio.