(Abiertos los trabajos en Primavera Cám.·. y después de la lectura y aprobación del acta, se efectuará el siguiente ritual:)
VENERABLE MAESTRO.-Hermano Maestro de Ceremonias.
MAESTRO DE CEREMONIA.-A la orden, Venerable Maestro.
VENERABLE MAESTRO.-Acompañad al Hermano Abanderado, a conducir entra Columnas la Bandera Nacional, con reverencia y solemnidad. (A todos los presentes). En pie y al Orden. ( A los Vigilantes:) Hermanos Primero y Segundo Vigilantes, ayudadme a batir mallete, en honor de la enseña patria.
(cuando la bandera está entre Columnas, habla el)
MAESTRO DE CEREMONIA.-Nuestro Lábaro Patrio se encuentra entre Columnas, Venerable Maestro. Están cumplidas vuestras órdenes.
VENERABLE MAESTRO.-Si en esta parte del ceremonial de nuestra Tenida, en que rendimos homenaje a la Insignia Nacional, alguien preguntase cuál es nuestra máxima obligación cívica como masones, contestaríamos que flamear la bandera de nuestra Patria bajo un cielo de libertad y apoyarla en el cimiento indestructible de la justicia. Así nos los enseñan todos los hombres que a la Patria ofrendaron la rosa púrpura de la vida, sin pedirle nada; así nos lo enseñan los capitanes de renombre y los humildes soldados anónimos cuyos restos yacen confundidos con el polvo de los campos de renombre y los humildes soldados anónimos cuyos restos yacen confundidos con el polvo de los campos de batalla de la Independencia, de la Reforma y de la Revolución; así nos los enseñan los capitanes cuyos nombres están inscritos en las lápidas conmemorativas del vértice históricos, y también la masa anónima que no tiene más que los pliegues de esa bandera, ( señalándola ) para envolver su gloria, más que el brillo de esa amadísima bandera para decorar el alabastro de su lámpara votiva.
Nada más justo que la Patria arrope los pensamientos y las acciones de sus héroes en el lienzo de nuestra enseña, donde, como en un nido simbólico, se perpetúan las virtudes de nuestro pueblo, sensitivo y audaz, que siembra sus inquietudes por el mundo, como Ilhuicamina, el primer Moctezuma, sembrara de flechas el corazón del cielo.
Reunamos alrededor de ella, queridos y Venerables Hermanos, a sembrar los granos de la paz radiante, bajo la prometedora luz de la alborada, mientras la estrella de cinco puntas baña las columnas del Templo Universal con sus rayos de plata y el Sol de Oriente de la Gran Logia del Cosmos comienza a entonar en la orquesta lírica del “Medio día en punto”, la sinfonía eterna del Trabajo, fuente inagotable de la Vida.
Que las inteligencias activas y los corazones ardientes de los masones mexicanos, sean los custodios de nuestra bandera.
(Contestan todos). Así sea.
VENERABLE MAESTRO.-Hermanos Abanderado y Maestro de Ceremonia, conducid nuestra bandera al Oriente, para honrarla esta noche con la misma devoción y amor con que hemos honrado siempre, aquí y en el mundo profano, y vosotros, Hermanos Primero y Segundo Vigilantes, ayudadme a batir mallete. (Se ejecuta).