Reinterpretación Masónica : Salmo 11 El refugio del justo
En lo profundo de los tiempos antiguos, cuando el sol pintaba el cielo con sus tonos cálidos y la tierra susurraba secretos en el viento, el rey David alzó su voz en busca de consuelo y guía. Este salmo, una joya en la sabiduría ancestral, nos invita a explorar la resiliencia del justo en medio de la adversidad y cómo sus lecciones resuenan a lo largo de los siglos.
¿A Dónde Huir?
La incertidumbre y el temor son compañeros antiguos de la humanidad. ¿Quién no ha sentido la tentación de huir hacia lo desconocido, como un ave que se eleva sobre las montañas en busca de refugio? Pero aquí, el salmista nos recuerda que no necesitamos escapar, sino enfrentar. La valentía radica en plantar nuestros pies firmes en el suelo, enraizados en nuestras convicciones.
Flechas y Fundamentos: El Desafío de la Fortaleza
En el arte de la vida, a menudo se nos enfrenta con flechas invisibles: las pruebas, los desafíos y las dudas. Los malvados, como arqueros oscuros, parecen acechar en la sombra, listos para disparar. Pero el justo, el que abraza la verdad y la rectitud, no es derrocado por tales ataques. Sus fundamentos son firmes como rocas, y cada flecha lanzada es recibida con la determinación de una fe inquebrantable.
El Templo Interior y el Trono Celestial
En las cavidades más profundas de nuestra conciencia, hay un templo sagrado donde la voz divina reside. El salmo nos invita a reconocer que, en cada momento de confusión, de aflicción y de alegría, Jehová observa con amor y comprensión. Como un rey en su trono celestial, Dios sopesa nuestras acciones y examina los latidos de nuestros corazones.
El Fuego de la Justicia y la Lluvia de la Misericordia
El justo no es inmune al sufrimiento, pero a través de su ejemplo, aprendemos que en la llama de la justicia arde la fuerza del cambio. Los malos pueden cosechar calamidades, pero el destino del justo está tejido con hilos de esperanza. La justicia es como el fuego que purifica y el viento que lleva las semillas de la verdad.
Mirando Hacia el Futuro
La grandeza del Creador reside en su amor por la justicia. En cada mirada al rostro del hombre recto, Dios encuentra satisfacción. En un mundo de incertidumbre, este salmo nos insta a recordar que la justicia y la verdad son faros en la oscuridad, guías que trascienden el tiempo y nos inspiran a ser mejores.
Así como el sol se levanta cada día, este salmo nos llama a abrazar nuestra propia luz interior, a alzarnos en tiempos de adversidad y a encontrar en nuestras creencias la fuerza para enfrentar cualquier desafío. En el susurro del viento y en la sabiduría eterna, encontramos el refugio que anhelamos y la guía que necesitamos.
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